Diógenes dejó de comer, levantó la vista y mirando al acaudalado interlocutor profundamente, le dijo:.—Ay de ti, hermano. Si aprendieras a comer un poco de lentejas, no tendrías que ser sumiso y adular tanto al emperador.
—Este es el camino de Diógenes, el del autorrespeto, el de defender nuestra dignidad por encima de nuestras necesidades de aprobación.
4 comentarios:
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Diógenes dejó de comer, levantó la vista y mirando al acaudalado interlocutor profundamente, le dijo:.—Ay de ti, hermano. Si aprendieras a comer un poco de lentejas, no tendrías que ser sumiso y adular tanto al emperador.
—Este es el camino de Diógenes, el del autorrespeto, el de defender nuestra dignidad por encima de nuestras necesidades de aprobación.
El mejor guantazo que te he visto en el blog
no hay de que jeje no se merece menos el mejor come lentejas del mundo :P
firmado:orejas de fievel jaja.
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